En nuestras continuas mediciones de la experiencia en las empresas, no solo nos enfocamos en recopilar datos y números, sino que también damos voz a los protagonistas: vosotros, los profesionales. Escuchamos vuestras palabras sobre las experiencias laborales que dejan una huella, ya sean WOWs que generan un recuerdo positivo, o FLOPs que dejan una sensación negativa.
Tanto en lo positivo como en lo negativo, destacamos en primer lugar la importancia de las relaciones con nuestros compañeros. Lo que vivimos juntos mientras trabajamos, cómo nos relacionamos, compartimos y nos ayudamos, marcan nuestro día a día de forma significativa. Por eso, la gestión de los responsables de equipos es crucial para crear un ambiente de trabajo saludable, basado en la confianza y el respeto mutuo.
Observamos, cómo cada vez más, se valora positivamente tener trabajos que permitan flexibilidad, algo que la pandemia ha impulsado. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer en este aspecto. También destacan, en comparación con años anteriores, el tener oportunidades de cambiar dentro de la compañía y la gestión de las situaciones personales de los profesionales. Y es que no somos máquinas, tenemos una vida personal que influye considerablemente en nuestra experiencia profesional.
La flexibilidad, tan apreciada por muchos, también se convierte en algo negativo cuando no se dispone de ella. Las empresas que no ofrecen ninguna posibilidad de flexibilidad se encontrarán en clara desventaja para atraer y retener talento.
Por otra parte, observamos con preocupación cómo muchos profesionales se sienten desbordados por la creciente carga de trabajo. No solo se trata de la cantidad de tareas que deben realizar, que en muchos cada vez es mayor, sino también por los numerosos cambios que deben afrontar: tecnológicos, de procesos, culturales y de herramientas de trabajo. Las tan ansiadas transformaciones y la gestión del cambio son más fáciles de dibujar en unas transparencias de powerpoint, pero no son fáciles de llevar a cabo. Observamos como este agotamiento no solo proviene del trabajo en sí, sino también de los conflictos y el cansancio mental que todo ello genera.
Cada vez hay más trabajo y proceso que cruzan departamentos y que las jerarquías funcionales hacen que sea difícil de engrasar. Cada vez hay más trabajo y decisiones en las que para tomar decisiones hay que contar con más personas, más coordinación, más reuniones…
Por eso cuando ayudamos a las empresas y a los equipos a conseguir una mejor experiencia en el trabajo y también una experiencia más productiva, no sólo tenemos en cuenta la tarea y funciones de las personas, también hay que considerar y mucho, las relaciones que se generan para hacer ese trabajo, desde dónde se hace y cuándo. Cómo alinear el trabajo y resolver los conflictos y diferencias que surgen.
Sigamos trabajando para transformar nuestros entornos laborales en lugares más cercanos, más inspiradores y humanos, en los que trabajemos mejor y consigamos mejores resultados.
¡Atrévete a construir el cambio en tu entorno laboral y a marcar la diferencia! Porque tú eres también el protagonista de ese cambio.
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