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Justo el primer día del año 2024, Japón fue sacudido por un fuerte terremoto.
Al día siguiente del seismo, un avión de la Guardia Costera japonesa se disponía a partir hacia la zona afectada para asistir en las labores de rescate. Pero el avión colisionó en la pista con otro vuelo comercial, creando una escena de caos y llamas que se difundió por todo el mundo.

Lo sorprendente de esta historia es cómo las personas reaccionaron en la adversidad. A pesar de la tragedia que se desplegaba ante sus ojos, los pasajeros del vuelo comercial, que transportaba a más de 370 personas, demostraron un asombroso autocontrol y cooperación.

La evacuación del avión siniestrado se realizó en 18 minutos, durante los cuales la aeronave se deslizó más de un kilómetro por la pista mientras se incendiaba. Sin embargo, nadie entró en pánico. «Nadie corrió para salvarse. Todos esperamos instrucciones”, recordó uno de los pasajeros.

Los expertos en aeronáutica señalan que el diseño moderno de la aeronave, la experiencia del piloto y del personal, y la buena gestión y control del pánico a bordo durante el procedimiento de emergencia probablemente fue lo que más ayudó. El personal del vuelo 516 fue muy profesional y los pasajeros, a pesar de la preocupación, se comportaron con calma

Una historia que nos recuerda que, aunque a veces hay que afrontar situaciones catastróficas inevitables, la calma y el cuidado de los demás puede marcar la diferencia.

No es un mal consejo para arrancar el 2024.

 

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