El derecho a la desconexión, otorga al empleado el derecho a apagar y desconectar teléfonos, ordenadores fuera de su horario laboral.
Para ser eficaz y redundar en una mejora del aprovechamiento del tiempo de los trabajadores y de la organización empresarial, su implantación tiene que hacerse a medida, teniendo en cuenta las características y particularidades de la misma: sector, ámbito nacional o multinacional, clientes nacionales o internacionales, actividad 24h/365 o no, etc. No puede quedar en una declaración de principios sino que debe llevar parejo un cambio conductual y ser aterrizado en medidas concretas que vayan más allá del corte de los servidores fuera del horario de trabajo.
He aquí nuestra propuesta de fases para implantar la “desconexión digital!
- Tomar el pulso: Hacer un diagnóstico de la realidad de la empresa, a través de cuestionarios o entrevistas con personas que ocupen puestos clave en la empresa y con el comité de empresa o representantes sindicales, en su caso. Se trata de reflexionar sobre el por qué del uso y abuso de las herramientas digitales y analizar los comportamientos individuales y la organización del trabajo para ver en qué medida éstos inciden en dicho uso o abuso.
- Diseñar: medidas adecuadas a las necesidades de la empresa que se materializan en una política de desconexión que tratará, entre otros, de los demás siguientes:
– Correcta utilización del teléfono de empresa, correo electrónico, etc.
– Horas de convocatoria de reuniones.
-Gestión material en su caso, de las herramientas informáticas y servidores de la empresa. Puede ir desde el compromiso de no mandar correos electrónicos a partir de determinada hora al corte de los servidores fuera de la jornada laboral.
– Otras medidas como cierre de las oficinas, apagado de luces, a partir de cierta hora, etc.
– Excepciones: situaciones que provocan excepciones o puestos que por su naturaleza quedan fuera.
- Divulgar el programa, primero a los directivos y en cascada al resto de los empleados. ¡Convencer y dar ejemplo!
- Formar, incluir en el plan de formación de la empresa acciones divulgativas relativas a la gestión del correo electrónico, gestión del tiempo, gestión de reuniones, etc.
- Analizar en qué medida, el derecho de desconexión puede afectar a otras políticas de la empresa: objetivos y evaluaciones del desempeño, subidas salariales, política de faltas y sanciones en el trabajo, plan de prevención de riesgos, por mencionar algunas.
- Adaptar dichas políticas a la nueva realidad de la empresa.
- Evaluar con periodicidad.
Patricia Torres (colaboradora de la red enEvolución, asesora en RR.HH.)
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