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Imagínate que estás en una clase donde los alumnos están sentados escuchando al profesor. Hasta aquí todo normal, lo curioso es que esa clase tiene al fondo un espacio pequeño a modo de gimnasio con espalderas, colchonetas, balones y lo que sucede es que al cabo de unos minutos de empezar la clase uno de los alumnos se levanta, coge un balón, empieza a jugar en el espacio “gimnasio” y el resto de sus compañeros se unen a él de una forma natural y lo que es mejor es que el profesor ni se inmuta y hace también un pequeño descanso, ¿te lo imaginas?…

¿Qué está pasando aquí?, la respuesta es el “spaced learning” (aprendizaje espaciado) que se lleva poniendo en práctica desde hace 3 años en el Monkseaton Highschool, en Tyneside (norte de Inglaterra). Este concepto pedagógico, consiste en reducir el tiempo de aprendizaje a 2 ó 3 lecciones cortas de unos 4-20 minutos respectivamente (la duración varía) intercaladas de unos descansos cortos.

Este sistema se basa en una investigación neurocientífica. En 2005 el neurocientífico estadounidense Douglas Fields, publicó en la revista Sientific American el artículo “Making Memories Stick” (Haciendo que los recuerdos permanezcan). Este investigador planteaba los resultados de sus estudios y experimentos, donde se mostraba que la activación de las neuronas y el fortalecimiento de las sipnasis entre ellas se produce cuando se repiten intermitentemente los estímulos que reciben, más que cuando se realiza sobre ellas una estimulación continuada. El investigador para explicarlo utiliza una buena metáfora: “cuando se empuja a un niño en un columpio, no sirve un impulso continuo sino que requiere de tiempos muertos”. Fields recalca que para crear recuerdos duraderos el “entrenamiento espaciado” funciona mejor que el “continuado” y que los tiempos muertos o descansos son fundamentales.

Ahora pensemos en otros entornos educativos, pensemos porqué no, en Escuelas de Negocio, Formación organizada por empresas ¿Tiene sentido trasladar esta experiencia a este tipo de entornos profesionales?, la metodología educativa cambiaría, y no sólo eso, la disposición de las aulas también,  y los alumnos ¿cómo lo vivirían?, ¿es factible una experiencia piloto?, bueno el debate está en el aire.

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