En los últimos meses vengo detectando en los departamentos de RRHH una creciente preocupación sobre la gestión del cambio por parte de sus directivos. Es algo normal, puesto que a la larga crisis por la que estamos pasando se une la incertidumbre y cambio constante propio de un mundo tecnológicamente conectado a tiempo real.

La necesidad de la que hablaba va a ir in crescendo, sin duda. Será el tema fundamental del desarrollo de los profesionales de este siglo. ¿Por qué?

Porque sin duda la incapacidad para aceptar y liderar el cambio te hace obsoleto, te convierte en inefectivo, en una persona con falta de creatividad, en un gestor mediocre que quiere anclarse a lo que tiene hoy.

Esta incapacidad te provoca estrés y emociones negativas, bloquea tu capacidad de toma de decisiones, te hace vivir en el miedo y la necesidad de control.

Muchos directivos creen que gestionan efectivamente el cambio por el hecho de haber pasado por muchos cambios en su carrera profesional. Y esto es un claro error, pues esto no garantiza que estén realmente preparados para aceptar los cambios por los que van a pasar inevitablemente en el futuro, ni tampoco que estén preparados para liderar dichos cambios en su departamento y organización.

Y lo cierto es que a nivel intelectual es fácil dar pautas o recomendaciones para potenciar esta competencia tan fundamental para el directivo. Sin embargo, la clave es traspasar el nivel intelectual y pasar a la experiencia.

No vale de nada saber que hay que aceptar el cambio. Sólo vale “aceptarlo” realmente, experiencialmente. Algunos creen que aceptar es “resignarse”. Hay una gran diferencia entre ambos. Aceptar es asumir que hay un cambio en tu situación personal o profesional sin resentimientos ni rendiciones, y estar preparado para mejorar lo que sea necesario de dicho cambio. Resignarse es rendirse.

Sólo aceptando, e incluso provocando, experiencialmente el cambio, podremos gestionarlo y liderarlo efectivamente. Sólo “amando” el cambio, disfrutando de él mientras surfeamos en sus olas, podremos avanzar como líderes del siglo XXI.