En muchas organizaciones se siguen obsesivamente ciertos indicadores: rotación, absentismo, tasa de formación, tiempo medio de contratación…
Estos indicadores dan una sensación de control y de orden, pero no dan dirección.
Nos informan, pero no nos transforman.
La diferencia está en qué tipo de métricas miramos… y para qué.
Los KPIs clásicos de RRHH son importantes. Pero si queremos realmente evolucionar la experiencia de empleado y su impacto en el negocio, necesitamos otra categoría de indicadores: los Power Numbers de personas.
Esos que no solo miden, sino que desencadenan decisiones distintas, conversaciones nuevas y cambios sistémicos.
Algunos ejemplos:
- eNPS + drivers: no es solo saber cuántos recomiendan tu empresa, sino entender por qué lo hacen o no. Ahí está el margen de maniobra real.
- Intention to stay: cuando se cruza cierto umbral de intención de permanencia en un colectivo clave, cambia todo: planificación, cultura, negocio.
- Engagement por segmentos: no la media, sino los puntos de inflexión. ¿Dónde cae? ¿Dónde sube? ¿Y qué lo está moviendo?
Estos indicadores, bien analizados, no son una foto. Son una brújula.
Y cuando los combinamos con métricas de gestión (rotación, absentismo, inversión en formación…), podremos identificar umbrales que nos permitan transformar:
- ¿Qué pasaría si al reducir un 3% el absentismo en operativos críticos, liberaras el equivalente a 5 FTEs y eso cambiara tu capacidad de producción?
- ¿Y si al mejorar 10 puntos el eNPS en los managers intermedios, pudieras medir cómo bajan los porcentajes de absentismo y rotación?
Eso es lo que distingue un Power Number de una métrica tradicional. No es el tamaño del número. Es lo que desbloquea.
¿Estás midiendo lo que realmente importa para transformar tu organización?
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