Iré a una huelga cuando ésta se convoque para:
- Ver cómo entre todos podemos “arrimar el hombro” y mejorar nuestra productividad y competitividad, sin echar balones fuera.
- Definir esquemas orientados a la excelencia, que mejoren la gestión del talento de los profesionales en las empresas.
- Pensar cómo conectar más y mejor, el desempeño y los resultados con el reconocimiento. No hay mayor injusticia que pagar igual, resultados y esfuerzos distintos.
- Alinear más lo que se dice con lo que se hace. La coherencia y la confianza son la base de cualquier sistema de gestión eficiente.
- Desarrollar sistemas cada vez más participativos e integradores, donde se combine el control y la planificación, con la involucración y participación de todos los niveles. Unos pocos no pueden llevar todo el peso. Menos jerarquías, más participación y entendimiento.
- Desarrollar nuevos espacios de aprendizaje social, que permitan compartir y experimentar. Que mejoren nuestra empleabilidad.
- Trabajar juntos para desarrollar un liderazgo más responsable y maduro.
No iré a huelgas…
- Que se planteen para, teóricamente “defender los intereses de los trabajadores”, cuando el verdadero motivo es la defensa del interés y status quo de los convocantes, y así evitar pasar a ser irrelevantes en los escenarios de poder.
- Inmovilistas para evitar el cambio de esquemas agotados de los últimos 30 años en materia laboral, que ya no responden a las necesidades actuales.
- Irresponsables, por plantearse en un momento donde nuestro país está en el punto de mira.
… A estas huelgas, lo siento, pero no iré.
Cuando se convoque esta otra huelga, yo también iré sujetando la pancarta.
Muy Buen post Elena.
A esa «huelga»… iremos juntos Miguel Angel.
Te ayudo con la pancarta 🙂