Gonzalo Garland es licenciado en Economía por la Universidad del Pacífico en Lima, Doctor en Economía por la Universidad de Pennsylvania y MA en Standford. Su carrera profesional se enmarca dentro del área de la docencia y consultoría donde ha trabajado para diferentes organizaciones internacionales como la Unesco. Desde hace más de 15 años está vinculado como profesor y gestor al Instituto de empresa donde actualmente ostenta el cargo de Director del departamento de Relaciones Externas. En el campo de la macroeconomía Garland es conocido por ser un experto en crisis financieras y en la investigación de los cambios demográficos sobre la economía global. Su amplio y profundo conocimiento de países en vías de desarrollo como China, India, Brasil y México le sitúa como un analista de primer orden de la situación y evolución de la economía internacional de los próximos años.
La crisis económica que estamos viviendo ¿Se veía venir o ha sido algo que ha pillado por sorpresa al sector económico mundial?
En realidad hay una parte de la situación que surge de la crisis del sector inmobiliario en Estados Unidos que meses más tarde llega a Europa, sobre todo afectando de manera importante a países como España, Reino Unido e Irlanda. Algo de esto se veía venir. Muchos economistas hablaban de que había una burbuja inmobiliaria, y que de manera similar a la burbuja tecnología de finales de los años 90, iba a estallar eventualmente. Por un lado esto se podía prever y por lo tanto pensar que podría tener un efecto en la economía real, aunque estoy seguro que prácticamente nadie podía anticipar la magnitud de la crisis como se ha presentado.
¿Cuáles han sido las principales causas para llegar a esta situación?
Principalmente y derivado del mercado inmobiliario en Estados Unidos la falta de previsión y análisis de las consecuencias que empezaban a tener algunas de las medidas aplicadas: en primer lugar la magnitud que comenzaron a tener los créditos suprime, créditos de alto riesgo que al bajar el precio de la vivienda se volvían inaccesibles para las familias, y en segundo lugar no se previeron las consecuencias de la creación de productos financieros muy sofisticados que estaban sin embargo “contaminados” con estos otros activos inmobiliarios que se sustentaban en el valor de unas viviendas de gente que al final no iban a poder pagar sus hipotecas.
¿Crees que conociendo los indicadores internacionales y la situación del mercado inmobiliario en los últimos años se podría haber hecho algo antes en España para minimizar el impacto?
En mi opinión creo que era bastante claro que había una cierta burbuja inmobiliaria en España y eventualmente todos los expertos estaban de acuerdo en que esa situación tenía o bien que estallar o al menos moderarse. El problema radica en que nadie pudo calcular los efectos que tendría en el sistema financiero. En este aspecto es importante resaltar de forma positiva que la regulación y las medidas de índole más saludables tomadas por el Banco de España en el sector financiero español en los últimos años han puesto a España en una situación de ventaja frente a otros países como Reino Unido, Alemania o Holanda que han estado más expuestos a la crisis de los créditos suprime surgida en Estados Unidos.
¿Consideras que las medidas intervencionistas aplicadas por el Gobierno al sistema financiero son suficientes?
Lo que hemos visto hasta ahora ha sido la puesta en marcha de medidas para responder a la crisis financiera y también monetaria. Concretamente se han centrado en dar autonomía a los bancos centrales para que pudieran a través de la bajada de tipos inyectar liquidez a todo el sistema financiero. Nunca es fácil decir que esto se haya resuelto del todo, pero pienso que con estas medidas probablemente la mayor parte del problema de la crisis financiera se haya subsanado.
¿Cuál es el papel que en la recuperación de la situación vamos a tener las empresas?
Sin duda las empresas son imprescindibles en el sustento y la recuperación económica. El problema es que como los consumidores, las empresas están también temerosas al no poder acceder de la misma manera a créditos y comprobar cómo los datos económicos y las perspectivas tampoco mejoran. Las empresas necesitan que el estado tome un rol muy activo a través de la inversión pública, del gasto y la reducción de impuestos para tratar de animar a la economía y que eso favorezca al desarrollo de sus estrategias comerciales. Sin embargo y a la larga el papel fundamental en la recuperación de la economía recaerá en el sector privado.
¿Qué sectores piensas que van a salir más reforzados de esta situación?
En mi opinión lo ideal es que sean sectores donde la tecnología tenga un rol importante. Lo que le conviene a nuestro país es encontrar otras áreas atractivas que le permitan competir consiguiendo una productividad alta. Habrá que ver que nichos pueden ser los más convenientes, posiblemente no nos centraremos solo en un sector, sino que serán muchos pequeños que produzcan una alta productividad que ayude a generar una capacidad exportadora importante a nivel mundial.
¿Crees que puede ser posible trabajar por definir un único regulador financiero a nivel mundial?
Yo creo que no es posible, no creo que los gobiernos quieran ceder parte de sus competencias a un solo regulador. Yo apuesto por la puesta en marcha de un organismo de tipo supranacional parecido a Naciones Unidas, pero no creo que pueda existir un instrumento regulador que gobierne a nivel internacional. Sería muy complicado gestionarlo y aplicarlo.
¿Qué papel crees que van a tener los nuevos actores de la globalización en el próximo año?
Los países emergentes van a tener cada vez a nivel internacional un rol económico más importante. Países como China, India o Rusia con sus reservas supondrán una ayuda imprescindible en la recuperación de la economía mundial. A pesar de que nadie es inmune a esta situación nadie, estoy seguro que de alguna manera en el largo plazo ellos se van a posicionar con sus previsiones de crecimiento como los ganadores de esta crisis frente al estancamiento casi generalizado de los países desarrollados.
Con todos estos datos, ¿Cuándo prevés que la situación económica pueda empezar a repuntar en nuestro país?
Lamentablemente nadie sabe responder a esta pregunta. Ojala que se produzca lo más antes posible, aunque dependerá de varios factores: primero cuando y como se van a comportar las expectativas y segundo como los gobiernos van a reaccionar a las medidas económicas de choque adoptadas. En los últimos días ya hemos empezado a ver algunas respuestas, aunque éstas siempre tendrán que ser acordes con la magnitud del problema económico. Todas las previsiones anticipan un año 2009 complicado, por lo que en mi opinión, probablemente las cosas empezarán a repuntar durante el primer trimestre de 2010.
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