Aunque hoy en día ambos términos son ya de uso común, he encontrado que aún en las empresas y en mis alumnos de Escuelas de Negocio existe cierta confusión entre ambas técnicas. De hecho, el rol de Mentor y el rol de Coach son radicalmente distintos. Permítanme aclarar brevemente la diferencia básica que parte del origen de ambas técnicas:
– El mentor es un asesor que generalmente transmite consejos, conocimientos y recomendaciones. La figura ya aparece en la épica clásica: Mentor (en griego Μέντωρ) es un personaje de la Ilíada; el amigo de Ulises al que éste confía la educación de su hijo Telémaco cuando se marcha a la guerra de Troya. Según avanza la epopeya y ante la prolongada ausencia de Ulises, la diosa Atenea adopta la forma física de Mentor para aconsejar a Telémaco que se deshaga de todos los pretendientes de su madre Penélope que ambicionan el reino de Ítaca. Así pues, la figura del “Mentor” y la técnica de “mentoring” aplica a aquella persona que imparte y comparte conocimiento con una persona menos experta o conocedora que busca saber y aprender.
– Por otra parte, el coaching tiene sus orígenes en la mayéutica socrática. El nombre Mayéutica (en griego μαιευτικη) viene asociado al arte de las parteras –se dice que la madre de Sócrates era partera-, que ayudaban a nacer a los niños. Según Sócrates, con el conocimiento ocurre un proceso similar, que hay que ayudarlo a brotar del interior de cada persona. Coherente con estos orígenes aunque enriquecido con nuevas herramientas que amplifican la eficacia de sus resultados, el Coaching consiste pues en acompañar al interlocutor a través de una técnica de indagación con preguntas abiertas que hacen a la persona ir descubriendo las respuestas a sus problemas y encontrando las creencias que limitan su avance. Así pues, el coaching es una herramienta clave para el desarrollo del talento que trabaja en base a planes de acción y objetivos.
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