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¿Cómo cambiar a una persona con éxito?

por | Jun 8, 2008 | Coaching | 0 Comentarios

Se habla mucho del cambio en una época como la que vivimos, convulsionada por la velocidad de las tecnologías de la información. El ser humano tiene una resistencia innata al cambio, un miedo profundo a la posibilidad de romper su equilibrio y estabilidad. Por lo tanto, hacer cambiar a alguien es realmente un reto difícil y desafiante, asumiendo que ese alguien no está realizando su labor con la máxima eficacia.

Pero aún más difícil es hacer cambiar a alguien que tiene éxito en su labor profesional. Y es algo con lo que me estoy encontrando cada vez más en mi trabajo como coach. Como se sabe, el coaching es una metodología sutil y eficaz para motivar a un profesional a que cambie determinados hábitos o conductas que le están limitando. Pero cuando ese profesional tiene éxito, ¿Cómo hacerle entender que aún puede mejorar algo, que aún puede aprender? ¿Cómo provocar el cambio de hábitos?

Suelen ser directivos a partir de 50 años, con una dilatada experiencia profesional, que se están desenvolviendo con éxito con la estrategia del palo y la zanahoria. Este perfil resulta todo un reto para un profesional del cambio. La clave es acercarse con cautela, sin provocar un rechazo frontal, respetar e incluso reconocer claramente la valía profesional de este directivo. Es decir, encarar el proceso con humildad y transparencia, dejando claro que él es quien va a decidir cómo, qué y cuándo cambiar. En ese momento, el directivo suaviza todas sus barreras ante la amenaza del cambio. Y es ahí donde podemos incidir de manera más eficaz.

Porque la premisa básica de la que hay que partir es que siempre se puede mejorar y crecer. Si un directivo cree que ya lo sabe todo, que ya no tiene nada que aprender, es un “direcnosaurio”. Las viejas estrategias que eran válidas hace 15 años, hoy no valen. Por eso, incluso si se tiene éxito, cabe preguntarse ¿Se puede tener aún más éxito si se modifican algunas pautas? Quizá la combinación de lo positivo de la vieja estrategia y lo positivo de la nueva den como resultado una explosiva mezcla que garantice los resultados económicos y al mismo tiempo el desarrollo del máximo potencial del equipo. Pero… ¿Es que es posible lo uno sin lo otro?.

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