Como coach y asesora de empresas estoy en constante búsqueda de nuevas formas de mejorar la experiencia de nuestros clientes y ayudar a los profesionales a desarrollar su máximo potencial.
En este viaje de aprendizaje y evolución, me sumerjo en el océano de la Inteligencia Artificial (IA). Tras varias varias brazadas en este océano practicando varios estilos de natación hago una pausa para hacerme varias preguntas:

• ¿Qué herramientas IA podemos incorporar en nuestro coaching? Imagina una IA que, con la autorización y conocimiento de los clientes, nos ayuda a transcribir nuestras sesiones y resume ideas clave, ¡como nuestro propio asistente virtual de coaching! ¿O que saque conclusiones objetivas para un análisis más profundo?
• ¿Somos responsables de los sesgos de estas herramientas de IA? Como coaches, nuestra ética y responsabilidad se extienden a las herramientas que utilizamos. Debemos ser guardianes de la imparcialidad.
• ¿Certificamos a las herramientas de IA por la ICF? Una pregunta sin respuesta clara, pero una que merece exploración. ¿Podemos crear un sistema de acreditación que refleje la calidad ética de estas herramientas? Como coaches profesionales nos certificamos y pasamos una formación, hacemos unos exámenes y acreditamos una experiencia. Necesitamos ser rigurosos al evaluar y elegir herramientas que cumplan con los más altos estándares éticos de nuestra profesión.
• Descendiendo a lo profundo. Cómo equilibramos la «humanidad» con la IA en el coaching. La IA es poderosa, pero el ser humano es complejo y muy profundo, tiene muchas capas, no debemos quedarnos en la superficie. Cómo combinar “humanidad” uno de los valores centrales del coaching con el uso de estas herramientas. Porque la IA puede reconocer emociones, pero no las vive, ni las experimenta. Cómo combinar, para aprovechar la aportación de la IA, con nuestra empatía y comprensión humanas para ofrecer un enfoque completo.
• ¿Estamos relegando la interacción humana con la IA? No, la IA es una herramienta, no sustituye la conexión humana. Como en la banca, donde las sucursales coexisten con banca online, la IA puede potenciar, pero no reemplazar, nuestra interacción personal, al menos de momento.

La Inteligencia Artificial está ahí y nos ayudará en nuestro coaching y consultoría. Pero como siempre, debemos abrazarla con ética, responsabilidad y la comprensión de que, al final, somos nosotros los responsables de guiar su camino en nuestra actividad y siempre al servicio de nuestros clientes.