Los lectores no saben que desde hace un año soy eso que se denomina “implante de recursos humanos” en vuestra empresa, a saber, alguien experto que a tiempo parcial ejerce la dirección general o de un área como si fuera de la propia plantilla. Tampoco saben que cuando me crucé con vosotros por primera vez vi un equipo frustrado, condicionado y poco valorado. No saben que emprendí la tarea compleja de organizar una administración inexistente, de conoceros, de convenceros y sobre todo de ayudaros.
Tampoco saben que ayer, en respuesta a un mail mío donde os pedía aportación y opinión sobre las mejoras que podíamos acometer, recibí una larguísima respuesta elaborada y que me llenó los ojos de lágrimas.
Podía haberos escrito un simple mail para agradeceros los tres folios de iniciativas y sinceridad que he recibido. Pero no hubiera sido suficiente para mostraros mi admiración y respeto ante vuestra disposición, vuestra entrega y vuestra generosidad por seguir aportando a pesar de las dificultades, a pesar de la frustración y a pesar de las pocas veces que alguien os ha dicho que lo estabais haciendo bien.
Por medio de este blog hoy vais a saber que yo formo parte de una Red de Expertos en la gestión de personas. Un blog que leen muchos Directores de RR.HH y que voy a utilizar sin remilgos para deciros públicamente que os admiro. Trabajar con vosotros es una experiencia maravillosa de empeño y creación de equipo, donde los trabajadores habéis escuchado, os habéis concienciado y nos habéis dado una verdadera lección de responsabilidad empresarial.
Dejadme que lo que me habéis enseñado lo comparta de esta atípica manera con las personas que en este blog nos siguen. Dejadme que les diga que no me equivocaba creyendo que con un poco de motivación y de fe en las personas se levanta un imperio. Los lectores que sepan algo de equipos y leer entre líneas seguro que sonríen y reflexionan sobre esta peculiar forma de daros públicamente las GRACIAS. Mañana volveré a trabajar con vosotros y todo estará en el mismo sitio, las mesas, las sillas, los papeles. Pero no me cabe la menor duda de que algo habrá cambiado y empezamos un nuevo camino.
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