Clara Jiménez Piñar es responsable del programa de innovación del Grupo Accenture en España, el programa tiene tres ejes principales: Llevar al mercado nuevos productos y servicios que aporten valor a sus clientes, desarrollar ADN innovador en todos y cada uno de sus profesionales y fortalecer la posición de marca de Accenture como empresa innovadora. Clara en esta amena entrevista nos habla de la innovación en clave gastronómica: “ENTRE FOGONES Y ESPECIAS”
¿Con qué ingredientes cocinar?
Empezando por los de uno mismo, qué ingredientes (ideas) tengo yo, qué ingredientes tienen mis colegas (Innovación KM 0) y qué ingredientes hay fuera (Open Innovation). Estadísticamente, a más ingredientes, más opciones de sabores encontraremos. A más ideas, más opciones de buenas ideas. Todo ello es bueno y quizás lo mejor es que en nuestra despensa haya espacio para lo mejor de aquí (KM0) y de allá (Open Innovation).
¿Qué técnicas utilizar?
Hay técnicas sofisticadas como la esferificación ó la gelificación, pero hay otras que sólo son el traslado de unas técnicas, por ejemplo, del mundo dulce al mundo salado (helado de mostaza de Dijon) y viceversa, sin embargo, es un gran descubrimiento. De la misma forma podemos aplicar prácticas de un sector industrial a otro, a priori, muy distinto y no hemos recurrido a algo sofisticado ó absolutamente nuevo.
¿Qué receta seguir?
Desde luego, siempre hay espacio para la espontaneidad, pero seguir una buena receta es parte del éxito y ayuda, y mucho. Las recetas nos permiten asumir la producción del plato con cierta metodología y es especialmente recomendable para aquellos, como yo, que no tienen muy buena maña. La innovación también tiene su receta y esto es el proceso, sin proceso, todo se complica, es más improvisado y menos sistemático. Tener el recetario es la mejor forma de empezar a innovar ó a cocinar proyectos innovadores.
¿Qué útiles necesitamos?
Sartenes, cacerolas, cuchillos, batidora, chino, etc. a nadie se le ocurre empezar a cocinar sin utensilios. De igual forma, la innovación exige de unas herramientas mínimas (ejemplo, una herramienta colaborativa para compartir ideas), éstas por sí mismas no cocinan nada, requieren de personas que sepan utilizarlas adecuadamente para generar platos que gusten consumir. Sorprende, muchas veces, aquellos que tienen cocinas sofisticadas en las que apenas se cocina. Quizás, el lector se identifique con ellos.
¿Quiénes cocinan?
Cada uno lo que mejor sepa hacer, hay quien aliña muy bien un plato y, sin embargo, no sabe o no le gusta hacer frituras. La diversidad de habilidades y conocimientos requeridos en la cocina es muy amplia y esto permite que haya cabida para mucho tipo de personas. De igual forma la innovación, y no se trata de una diversidad demográfica (sexo, edad, nacionalidad o raza,…) sino de una diversidad de estilo de hacer las cosas; ya que, el aceite en el aliño o en la sartén, por ejemplo, no entiende de género. La innovación tampoco.
¿Cuánto tiempo ha de invertir uno cocinando?
Pues evidentemente esto depende de la dificultad o lo elaborado que sea el plato. Desde el fast food, que no por ello bad food, hasta un plato de autor que requiera varias fases de preparación, la brecha temporal entre ambos es bien diferente. En nuestra cocina hemos de pensar en ambas tipologías, proyectos quick win y proyectos a medio-largo plazo, estos proyectos van a responder a dos tipos de demandas, la táctica (el hoy) y la estratégica (el mañana). Necesitamos tener ingredientes (ideas), recetas (procesos), cocineros (personas), … para ambos tipos de platos.
¿Cómo servir el plato?
Hoy en día, la puesta en escena de un trabajo es tan importante como su proceso de elaboración, el emplatado tiene más importancia de lo que imaginamos, degustamos con los ojos, el tacto y también con los oídos (diseño de la comida), incluso hasta más que con el sabor. Por ello, el tiempo dedicado a lanzar al público un producto / servicio innovador no es pecata minuta.
¿A qué tipo de comensales?
Uff, lo de los comensales es un tema difícil de sintetizar en pocas líneas, pero hay algo que hoy es una evidencia, hay comensales que sólo disfrutan del producto, otros del producto y del servicio y hay un tercer grupo que disfruta del producto, del servicio y de la experiencia. La Haute Cuisine lo ha entendido bien, lo que no lo tengo claro es si todas las empresas de servicios lo han entendido igual.
¿Qué vino elegir?
El maridaje del vino y la comida permite lograr una sinergia de aromas, colores, sabores, etc. que hace que el momento gastronómico sea perfecto. De igual manera la pasión es a la innovación, puedes tener un proyecto perfecto que si no le acompañas de pasión probablemente se quede corto. Y es que la innovación tiene más de emoción de lo que imaginamos, escoger personas apasionadas es una condición sine qua non, ¿se imagina un restaurante sin sumiller?
Con todo esto, sólo me queda desearle: Enjoy your meal!! Enjoy your innovation!!
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