En poco más de una semana han pasado por mi despacho tres profesionales que han perdido su empleo recientemente y ninguno por incompetencia profesional.
Una nota común a ellos tres es que ninguno se quejaba de la compensación económica recibida, pero sí todos ellos se me lamentaban y se sentían especialmente dolidos por las formas con que habían sido tratados en el proceso de separación.
Como grandes profesionales que son ellos tres, entienden y aceptan que por distintas razones no se cuente con ellos a futuro para trabajar en la empresa.
Razones incluso subjetivas: de “química personal”, de confianza, de estilo profesional, etc. etc. son aceptadas, entendidas y, por tanto, no sujetas a discusión. Más aún alguno asumía que no le comunicarán la razón, sino simplemente la decisión, pero que se hiciera de la forma correcta.
Cuanto más, son aceptadas otras razones de carácter más objetivo, como puede ser la mala marcha del negocio, la reducción de costes, la absorción por parte de otra compañía, etc.
En definitiva, su queja no era contra el “porqué”, ni contra el “qué”, su queja era el “cómo”.
Directivos que son apartados de la compañía después de un proceso de aislamiento, humillación profesional e incluso ataques a la dignidad de la persona es, por desgracia, más común de lo que creemos.
Profesionales que después de una entrega, profesional e incluso personal, total y generosa a su compañía son despedidos sin aviso previo y con un comunicado que escuetamente informa que su posición es ocupada por un nuevo profesional y punto.
La calidad en el “cómo” se lleva a cabo la separación de empleados de la compañía no sólo es “exigible” por las elementales normas de relaciones humanas y sociales, es que además son un espejo en el que, a futuro, pueden verse aquellos otros empleados (Directivos o no) que permanecen en la compañía.”Cuando las barbas de tu vecino…”
No es difícil adivinar con qué actitud o nivel de motivación para con la Compañía quedan esos empleados, ahora espectadores, de lo que les pasa a sus colegas
Por tanto, y con esto es más que suficiente, las formas no sólo son debidas por razones humanitarias y de dignidad de la persona es que, además, son “rentables” desde el punto de vista empresarial y además, además…cuesta tan poco…
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