Tomando los 67 años como edad de jubilación, en general, un profesional puede tener una vida laboral de 42 años y pocos más, cifra muy similar a la distancia que en Kms. debe correr el maratoniano.

Las distintas etapas por las que atraviesa la vida total del profesional tampoco distan mucho, ni son muy diferentes de las que debe pasar y experimentar el que se prepara y finalmente corre un maratón.

Cada etapa tiene sus específicas sensaciones, sus dificultades particulares y sus alegrías peculiares. Se me antoja que entre ambas experiencias hay tal paralelismo que bien merece la pena recrearnos en él.

Hablemos hoy simplemente de la preparación:

Al igual que el que va a correr un Maratón, previamente a la vida profesional está el tiempo de preparación, el de la formación.

Como el que se prepara para un maratón, cuando se está en la fase de formación se tienen que hacer ejercicios y estudiar temas que jamás tendrás que realizar ni corriendo el maratón, ni en tu carrera profesional. En la preparación del maratón harás pesas, ejercicios de flexibilidad, abdominales, series de 500 metros, pero en la carrera jamás harás nada de eso, simplemente deberás correr y correr hasta 42,195 Kms. Ahora bien, tampoco serás capaz de hacerlo si previamente no has hecho esos ejercicios u otros similares

En la formación, ¿cuántos temas estudiados jamás nos enfrentaremos a ellos en nuestra carrera profesional? Más aún, en la actualidad, con las nuevas tecnologías y la información siempre disponible a golpe de un click, ¿para qué sigue siendo necesario memorizar?

Y es que la formación tiene más valor como ejercicio de la mente que como adquisición de conocimientos específicos. Cuando nos formamos lo más importante y lo que queda no son “las recetas” aprendidas, lo realmente importante es el ejercicio de la mente que lleva consigo y que nos posibilitará el hacer frente y resolver situaciones totalmente nuevas e imprevistas.

Gila, ridiculizando el aprendizaje de recetas y haciendo alusión a un antiguo método para aprender inglés, decía: “para qué tengo que aprender “My taylor is rich” si nunca necesitaré decir tal tontería; yo ni he tenido ni tendré nunca un sastre y, menos aún, que además dé la casualidad de que sea rico”.

Es cierto que la formación y la preparación del maratón son de lo más aburrido, pero, sin embargo, es crítico: para ejercitarte, para formar el carácter y la mente, para saber trabajar a largo plazo sin recompensa inmediata, para ser constante, para disciplinarte…