El 2 de Julio Elena Méndez moderó un espacio de reflexion con la Fundación Secretariado Gitano para ayudar a ver la profesionalidad con unas gafas más integradoras que no filtren por etnia, cultura o edad o género.

Y para ayudarnos a mirar de forma diferente, en la mesa contamos con unos ponentes de lujo que aportaron diferentes miradas: Jordi Sevilla, José Antonio Carazo, Germán Granda y Juan Reyes.

También se mostraron vídeos  de Teresa Albertos (Dtora. RH Accenture) y Enrique Moreno (Dtor. RH Kiabi) aportando ¿Qué es para ellos la profesionalidad? y un maravilloso vídeo-testimonio de Diego Montes una persona gitana que trabaja como comercial en Carrefour.

Aquí os resumo algunas de las reflexiones que surgieron para hacernos pensar a todos:

• Para empezar la profesionalidad se describe con adjetivos muy distintos (como la profesionalidad de nuestros ponentes), aunque parece que hay una base común: Un buen profesional está bien preparado y tiene curiosidad para seguir aprendiendo; está comprometido y tiene ganas de dar lo mejor de si mismo en la responsabilidad encomendada; tiene madurez personal y mucha humanidad; pasión y ganas, disfruta con lo que hace; no necesita mapa, va con brújula; la gente profesional no es una simple pieza de la maquinaria, porque ellos son ejes que marcan la diferencia.

• A lo largo del tiempo el concepto de profesionalidad ha evolucionado en España, y hoy en un entorno tan cambiante, además hace falta ser muy flexible para saber adaptarse y reinventarse, para poner las competencias que uno tiene en diferentes formatos y profesiones según requiera el contexto de mercado.

• ¿Cómo se identifica a un buen profesional? Yendo más allá de las etiquetas que superficialmente se ponen a la gente, con buenos procesos de selección y promoción interna en los que se sepa identificar a los profesionales que marcan la diferencia, tanto por los resultados que obtienen como por su actitud, porque sin ellos la organización no funciona igual.

• ¿Qué les decimos a los profesionales que han estado o pueden estar en colectivos de riesgo de exclusión para que sean tenidos más en cuenta en el mercado laboral? Que no se pongan ellos mismos más barreras que las que otros ya les ponen. Que, como María Pérez comentó en la entrevista que le hizo Ana Pastor levanten su mano y digan también: “Aquí estoy yo”.

• ¿Un buen profesional nace o se hace? Todos tenemos cualidades innatas para ciertos trabajos, hay que idenficarlas, preparse y buscar aquellos entornos donde más lucen esas competencias.  También parece que “la profesionalidad” más que una meta es un camino que se va haciendo.

• ¿Qué compañías y entornos fomentan más la “profesionalidad”? Las que mejor saben buscar “la aguja en un pajar”, las que saben identificar las características de un buen profesional por encima de las etiquetas o los estereotipos, las que saben medir resultados y valorar a aquellos que más aportan.

• Y ahora que tanto buen profesional busca oportunidades fuera de nuestras fronteras ¿Qué marca tiene “el profesional español”? nuestros ponentes comentaron que aquel que está formado especialmente en algunas carreras como ingeniería o medicina, está muy bien valorado, y más allá de ciertas profesiones, el profesional español, puede ir con la cabeza muy alta, el perfil del profesional que ahora emigra por razones laborales está por lo general bien formado y preparado.

Éstas son algunas de las reflexiones que surgieron en el debate, espero os hagan pensar y también quiero agradecer a todos los que han hecho posible este espacio de reflexión, porque han dicho: estamos aquí para lo que haga falta, para pensar juntos y para dar más oportunidad a la gente profesional que lo merece, porque la profesionalidad no entiende de etnias ni culturas, no tiene edad ni género.  Es cierto que no todos somos iguales, y ésta es la riqueza, pero sin duda todos merecemos tener las mismas oportunidades.

Y para terminar, clausuró el acto Olga Robles Subdirectora General del Trabajo Autónomo, Economía Social y RSE, y se cerró con la actuación de la bailaora Elena Andújar y luego tuvimos un cóctel porque también “la profesionalidad” hay que alimentarla y cuidarla, hay que darle alegría…