“He crecido en un mundo en el que la gente hacía lo que le decían, seguía instrucciones, encontraban un empleo, se ganaba la vida y punto. Pero hoy la fábrica se ha desmontando. Si las cosas no te van como esperabas, puede que sea porque las reglas del juego han cambiado y nadie te ha dicho nada”. Esto es lo que Seth Godin empieza planteando en su provocador libro ¿Eres imprescindible?
Si has estado jugando a este juego, no es raro que ahora estés frustrado. El juego se ha acabado…
Ya no existen empleos maravillosos en los que otros te dicen exactamente lo que tienes que hacer. Nuestro mundo ha dejado de compensar justamente a las personas que hacen de piezas en un engranaje.
Los empleos de bajo riesgo y mucha estabilidad, en los que te dicen exactamente lo que tienes hacer, se han convertido en callejones sin salida llenos de insatisfacción. En este modelo los empleados son piezas de la maquinaria organizativa, en dónde las personas son fácilmente sustituibles y dónde cada vez se les paga menos.
Mucha gente quiere que le digan lo que tiene que hacer, porque tiene miedo a pensar por si mismas. Todos tenemos una vocecita interior que está asustada: es la voz de la resistencia, tu cerebro “lagartija” que no quiere que salgas de la norma por seguridad. Paradójicamente cuanto más te escondes, más te arriesgas.
La alternativa a quedarte con tu miedo, es trazar tu propio itinerario y crear valor a medida que avanzas por él. Es tu oportunidad. No eres una pieza más de una maquinaria, eres ÚNICO, y si tienes algo que decir, dilo ya, valórate a ti mismo y demuéstralo.
“Los ejes”, como así llama Godin a los empleados imprescindibles aportan humanidad, conexión, son profesionales que vale la pena encontrar y conservar. Son capaces de inventar, conectar, crear, hacer que las cosas pasen. Los ejes marcan la diferencia.
¿Qué significa marcar la diferencia? Hay empleos que probablemente siempre estarán mal pagados y tendrán alta rotación. Son empleos en los que la asistencia al trabajo es casi lo más importante. Otros empleos, estarán ocupados por gente imprescindible, gente que aporta diferencia desempeñando un trabajo que verdaderamente cuesta obtener.
Los ejes no tienen un mapa o un conjunto de normas. Viven sin mapa y eso requiere una actitud diferente. La actitud es incluso más importante que el trabajo real que crean.
Como dice Godin, si no eres imprescindible, es porque todavía no lo has decidido.
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