… con un sólo paso, así de fácil.

Los finales y principios de año son una época inspiradora para definir con ilusión muchos propósitos y hacer declaraciones de cambio que suelen comenzar con la frase: “De este año no pasa…”

A los pocos días, después de la resaca Navideña y de vuelta a la rutina, muchos deseos y aspiraciones se difuminan. El conflicto que plantea la nueva resolución se salda con una victoria de nuestros viejos hábitos. La determinación del cambio se deja convencer por la comodidad y el confort que nos producen las viejas costumbres a las que nos atamos.

Vamos aplazando las acciones que nos llevan a lo que hemos dicho que queríamos conseguir, con la esperanza de que ocurra un milagro por el que se cumplan nuestros deseos. Si piensas que exagero, recuerda cuántas veces te has planteado ya el mismo propósito, y  cuanta veces has desistido, o ni si quiera te has puesto a ello.

Quiero compartir contigo un sencillo ejercicio basado en la metodología Kaizen, que a veces uso con mis clientes en procesos de coaching:

Elige uno de los propósitos que te has planteado, aquel en el que tengas más interés y pregúntate ¿realmente cómo estoy de comprometido con mi objetivo? Sé sincero y en un ranking del 1 (mínima valoración) al 10 (máxima valoración) valora tu nivel de  COMPROMISO. Si es menor de 9, mal asunto. El  cambio tiene un coste, y pagarlo requiere de altas dosis de compromiso, ilusión, resolución y perseverancia.

Lo siguiente es plantearse por dónde vas a empezar, ¿cuál es tu primer paso hacia tu objetivo? Puntúa del 1 al 10 el nivel de ESFUERZO que te supone realizar esta acción, si es >7 reajusta esa primera acción. Puedes bajar el nivel de dificultad o ampliar las fechas. En el proceso de cambio, es importante que cumplas exitosamente con tus primeros compromisos, ésto aumentará tu nivel de autoconfianza y satisfacción.

Aunque la meta sea grande, empieza con pequeñas mejoras de manera constante.

“Un viaje de miles de kilómetros debe comenzar con un solo paso” Lao Tzu