No se asusten, no voy a hablar de las reformas del Ministro Wert, -nada más lejos de mi intención-. Sin embargo precisamente al hilo de dichas reformas, quiero reflexionar sobre cómo los sistemas educativos actuales, que reproducen modelos educativos tradicionales y válidos para el siglo XX, se alejan precisamente de lo que el entorno competitivo empresarial requiere actualmente.
El bestseller de Daniel Pink Una nueva mente (A whole new mind) se subtitula en Inglés “Por qué las personas del hemisferio derecho decidirán el futuro”. Sostiene Pink que la creatividad y la innovación son las claves para el éxito empresarial y personal en el siglo XXI y aporta en el libro varios factores que contribuyen a ello. Progresivamente los ordenadores se hacen cargo de los trabajos mecánicos ó de carácter lineal que antes desempeñaban personas. Los informáticos, ingenieros o contables asiáticos están tan bien formados ó mejor que los europeos ó norteamericanos, pero sus salarios son notablemente inferiores que los sueldos medios occidentales. Gracias al avance de las telecomunicaciones e internet pueden hacer su trabajo para las multinacionales a distancia. Mientras tanto, en Occidente nos hacemos más exigentes con los productos que compramos: queremos que sean bonitos, que nos sorprendan, que nos hagan sentirnos bien y que nos generen necesidades hasta ahora desconocidas. Por este motivo, las empresas demandarán cada vez más personas con imaginación, sentido estético, inteligencia emocional y capacidad para arriesgarse a descubrir nuevas formas de hacer las cosas.
El modo de pensamiento que se fomenta en la formación tradicional que recibimos (en el Colegio, en el Instituto, en la Universidad) estimula unilateralmente el desarrollo del hemisferio izquierdo en detrimento del derecho. Aprendemos a categorizar información y a aplicar fórmulas matemáticas o lógicas para solucionar problemas. Hay respuestas correctas e incorrectas y el error se penalizan con una mala calificación. Así vamos perdiendo nuestra capacidad de ver las cosas con una mente abierta, de considerar otras posibles soluciones a los problemas, de fiarnos de nuestra intuición, esa capacidad que nos lleva a explorar nuevos caminos sin miedo a equivocarnos. Perdemos el espíritu creativo que poseemos de pequeños. Sir Ken Robinson y muchos otros expertos en educación llevan años advirtiendo que el actual sistema educativo occidental anula nuestra creatividad.
Nuestro cerebro es como un músculo: cuanto más lo ejercitamos, más se desarrolla. Su plasticidad nos permite recuperar habilidades que hemos abandonado durante tiempo, y sólo cuando estamos dispuestos a dedicarle tiempo. La creatividad se puede recuperar practicándola. El cerebro humano consta de dos hemisferios interconectados, el izquierdo y el derecho, cada uno relacionado con funciones muy diferenciadas pero complementarias. El hemisferio izquierdo procesa la información analíticamente, detalle a detalle y de forma lógica y lineal. Es ahí donde se ubica nuestra competencia lingüística, el razonamiento lógico-verbal, que piensa en palabras y en números. El hemisferio derecho por otra parte, piensa en imágenes. Es la parte del cerebro que se activa para entender el contexto espacial y emotivo de la información que nos llega, que se interesa por las relaciones y es capaz de realizar nuevas combinaciones de ideas. Su forma de pensar no es lógica, sino intuitiva. Es la parte del cerebro más activa durante la infancia.
¿Existe esperanza para nosotros?
La respuesta es sí, nunca es tarde para desarrollar nuestras capacidades. En la creación plástica artística nos expresamos a través de imágenes, en un lenguaje no-verbal asociado con el hemisferio derecho. Se trata de un proceso creativo que sigue las mismas pautas que cualquier otro, pero en un contexto relajado y lúdico. Vamos tomando decisiones constantemente de forma intuitiva, sin miedo a equivocarnos. Aprendemos a abrir la mirada, a buscar nuevas soluciones, a reconocer oportunidades. Y descubrimos que somos mucho más creativos de lo que pensábamos. Podemos aprender trabajando con artistas plásticos contemporáneos, que son personas que se manejan casi exclusivamente con el hemisferio derecho para trabajar y desarrollar sus obras. Son expertos en creatividad que viven constantemente sometidos a una gran presión de innovar con cada obra. Nos pueden guiar en el re-descubrimiento de nuestro espíritu creativo, y animarnos a tener una actitud más transformadora hacia el mundo que nos rodea.
Técnicas como el trabajo en talleres con artistas plásticos coaching combinado con coaching grupal para el desarrollo de habilidades y competencias suponen una gran ayuda. Y tengo mejores noticias aún: no es necesario ningún tipo de conocimiento artístico o habilidad previa.
Para más información sobre los talleres, puede consultar esta web: http://www.esferadelarte.com/TalleresEventos.html
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