¿Los emprendedores crecen en los árboles?¿En la cuna ya les dan biberones “emprende tu puedes”? No, ni mucho menos. Es más yo diría, por la entrevistas que estoy teniendo para mi libro “25 conversaciones con emprendedores españoles” que muchos que ahora lo son ni siquiera sabían o pensaban que lo iban a ser.
¿Entonces de dónde sale el emprendedor? Esa persona que un buen día decide arriesgar su dinero y poner en juego su esfuerzo y tratar de hacer realidad una idea o un sueño. Podemos decir que hay seis vías de cultivo del emprendedor:
1. El entorno favorable, especialmente el familiar y el educativo (escuela y universidad). Cuando un niño se encuentra en un entorno que favorece continuamente su ansia de aprender, que no le limita, que le empuja a intentar cosas, que no le castiga por el error, que le dan cancha de juego. Todo esto favorece su espíritu independiente. Si encima en la escuela y en la universidad sigue encontrándose un similar clima de libertad y estímulo es muy posible que esta persona acabe siendo un emprendedor y posiblemente empresario.
Para nuestra desgracia este no es el caso de España. A diferencia de los países anglosajones, nuestro entorno suele ser hostil para los emprendedores. Hay una cultura negativa al respecto. Aquí se cultiva el “niño estudia y búscate un trabajo fijo”. Mensaje del todo trasnochado en el siglo XXI. Es urgente cambiar estos mensajes y nuestra cultura hostil hacia el emprendimiento y empresariado.
2. Aprendizaje positivo en el trabajo. Es frecuente que muchas personas que de jóvenes entran a trabajar en empresas en las que se genera un clima de cooperación, de aprendizaje continuo y contacto frecuente con clientes (es el caso de las consultoras) acaben pensando que “eso lo puedo hacer yo por mis medios y trabajar para mí”. Terminan montando su propia empresa de consultoría. Han aprendido los procesos y procedimientos y han contactado con muchos clientes, algunos de los cuales serán el germen del nuevo negocio.
3. Tu propia empresa te empuja y te ayuda. Esta vía aparece normalmente en empresas medianas o grandes, cuando se plantean externalizar un proceso, departamento o división. Suelen ofrecer a los trabajadores que están en plantilla, como alternativa al despido y dado que la empresa va a continuar con esos procesos, pero de forma externa, que sean los trabajadores quienes se constituyan en proveedores de su antigua empresa. La empresa les suele facilitar la salida y les ayuda, al menos un tiempo, en su nuevo status. Esto permite al nuevo emprendedor abrirse camino y en multitud de caso captar nuevos clientes.
4. Experiencias negativas en el trabajo. De este canal surgen aquellos que manifiestan “ya estoy harto de jefes inútiles y tóxicos”. No quiero probar más empleos por cuenta ajena, me lo voy a montar por mi cuenta y ser mi propio jefe. La suma de experiencias negativas en el trabajo por cuenta ajena va empujando a la persona a probar con el emprendimiento, en un deseo de encontrar espacios de libertad en los que desarrollar sin trabas sus ideas.
5. Antes de que todo se hunda. Esta situación se da en empresas normalmente pequeñas o de mediano tamaño en las que se va a producir un cierre de la misma. Los empleados deciden una especie de colectivización de la misma. Se constituyen en sociedad o en cooperativa y ahora como accionistas o propietarios tratan de sacar adelante el negocio. Es el caso en el que se encontró el periódico de papel Público.
6. La única salida del túnel. De aquí salen aquellos que jamás se plantearon emprender. Suelen las personas de cierta edad (50-55) que de repente, después de 15 o 20 años normalmente en la misma empresa, se quedan en el paro y no encuentran otro trabajo. Estos van a intentar, como último recurso, antes de caer en un pozo sin fondo, el recurso del trabajo por cuenta propia. La mayoría se constituirán como autónomos y tratarán de abrirse camino a codazos.
Vemos por lo tanto que los emprendedores, los empresarios no crecen en los árboles. Hay un conjunto de variables que empujan a las personas a iniciar su propia aventura. ¿Estás tú en alguna de estas situaciones? ¿Sabes cómo hacerlo?
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