Esta frase está contenida en el libro que os recomiendo “El mejor negocio eres tú (Reid Hoffman y Ben Casnocha, 2012). Ciertamente en un mundo global, en competencia fuerte y en reposicionamiento total, no importa por cuenta de quien trabajes (para terceros o para ti mismo) debes tener un claro espíritu emprendedor. No te puedes dormir en los laureles. De hacerlo otros vendrán y te sustituirán o te superarán.
En el libro también se hace referencia a una metáfora: la escalera mecánica se ha parado. Antes, hace, pongamos 20 años para atrás, una persona iba a la escuela, luego estudiaba una formación superior o profesional y se colocaba en una empresa. La empresa actuaba a modo de escalera mecánica. Es decir ibas ascendiendo por ella progresivamente hasta llegar a tu cómoda jubilación. Pero, la revolución tecnológica y la globalización, han provocado que la escalera mecánica se haya parado, con lo que es difícil entrar, ya no digamos ascender, hay empujones por todos los lados y es complicado mantenerse. Ya no está claro poder llegar a la jubilación de forma placentera.
¿Dónde está la salida? La salida está en tomar la responsabilidad de tu desarrollo profesional bajo una conciencia emprendedora. Para ello es necesario que aprendas a gestionar tu presente y futuro profesional. ¿Quiere decir que tengo que hacer planes concienzudos? No hombre no. Eso así no funciona. Tienes que tener muy claro cuáles son tus activos (tus 5 capitales, ya nos hemos referido a ello en este blog). Ver carencias y mejoras en los mismos. Tener una mínima idea de lo que te gusta, que preferencias tienes y que estilo de vida quieres llevar. Acto seguido ponerte en marcha. Mucha más acción y menos planificación. Eso sí aquello que vayas a intentar, poner en marcha, trata de ver si tiene hueco en el mercado y en qué mercado. A lo mejor en el mercado local no hay quien te compre la idea, pero a 5.000 Kms de distancia sí. Pues muévete hacia allí.
Otra cosa, no te olvides de crear una sólida red de contactos. Eres lo que son tus contactos. Trabaja continuamente tu red. Identifica quienes son valiosos en la misma. Pero no de una manera egoísta, pensando solo en ti. Piensa en el nosotros. Mantén siempre viva esa red, genera continuos intercambios (información, noticias, artículos, oportunidades). Es la red la que te pondrá sobre la pista de las oportunidades que pueden ayudar decisivamente a tu desarrollo profesional.
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