No hace muchos días un amigo, hasta hace poco Director General de una conocida multinacional,  me llamó y me pidió que nos viéramos porque necesitaba charlar conmigo.

Como hacía pocas semanas que había salido por “reestructuración”  de su antigua compañía, enseguida entendí que su intención era hablar de su proceso y oportunidades de búsqueda para su “recolocación” profesional.

Se acercó a mi oficina y casi sin terminar de saludarnos y preguntarnos mutuamente por nuestra gente, disparó:

.-“Oye, tu que eres amigo y además te dedicas a esto, con sinceridad, sin dorarme la píldora: ¿realmente crees que existen posibilidades para mí en el mercado profesional?”.

.-“¿Porqué me preguntas eso?, ya lo hemos comentado y te dije que, honestamente, creo que sí, aunque no será una tarea fácil ni rápida por el entorno de crisis que estamos atravesando”.

“Quizá deba añadirte algo más: con tus 53 años yo te diría que, gracias al nivel profesional de Dirección General que has alcanzado, puedes encontrar oportunidades de tu nivel las cuales, precisamente por ser de un nivel alto, requieren esa seniority que da la edad. Con 53 años y proviniendo de niveles profesionales más bajos lo tendrías mucho más difícil; para las posiciones a las que podrías aspirar, serías no un senior, sino un viejo”.

“Y, para hacer de abogado del diablo, te diré algo más: Tú sabes cómo muchas y cada vez más compañías multinacionales están concentrando, en la mayor parte de los casos en sus países de origen, los centros de decisión y con ello los “thinkers”, los pensadores, los que deciden las estrategias, mientras que en el resto de los países se requiere tener simples “doers”, “hacedores”, ejecutores disciplinados y obedientes”.

“Es la nueva etapa de “tailorismo intelectual” que estamos empezando a vivir, consiste en separar tareas y estandarizar: unos piensan, otros hacen y además los que piensan son cada vez menos; lo permite la globalización y que además reporta una sustanciosa reducción de costes.

Te digo que los pensadores son cada vez menos, porque no muchos años atrás cada país era un mercado con sus peculiaridades nacionales que requerían estrategias específicas, enfoques diferentes y por lo mimos necesitaba de sus equipos de thinkers propios. Hoy cada vez más, al menos en el mundo occidental, nos vestimos igual, nos relacionamos igual, nos alimentamos igual, nos divertimos igual, hacemos nuestro trabajo de forma muy parecida, en definitiva formamos un único mercado occidental y por ello con un solo equipo de thinkers occidentales es suficiente.

Esta es otra dificultad adicional que tienes tú y otros profesionales de alto nivel: sobran estrategas, las exigencias para serlo son mayores y se necesitan ejecutores que dediquen todo su tiempo y esfuerzo a cumplir con lo que de ellos se espera.”

A partir de aquí, mi amigo y yo empezamos a divagar: flexibilidad en la aceptación de nuevas oportunidades profesionales sin referenciarlas al pasado, problemática de posponer la edad de jubilación, deslocalizaciones de operaciones,…