El viernes 9 se inauguró, en Managua, el IV Congreso Nacional de Recursos Humanos, en el cual tuve la suerte de participar con una ponencia sobre creatividad. (Inauguración con himno nacional y bendición del sacerdote).
Latinoamérica no deja de sorprenderme. El día 6 de octubre en el periódico Nuevo Diario, leía en la portada que, según el informe sobre desarrollo humano de 2009 publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Nicaragua es el país de más bajo índice de Desarrollo Humano en Centroamérica. Se codea, según el informe, con algunos paises africanos, y en Latinoamérica sólo es superado por Haiti. Basta salir a dar una vuelta por Managua para contemplar esta realidad, y basta hablar con los nicaragüenses para darse cuenta de que el gobierno (“títere de Chávez y de Evo”) no ayuda a lo contrario.
Sin embargo, a pesar de estas realidades, ahí están los nicaragüenses luchando por su propio desarrollo, y el de sus empresas, a pesar de los políticos, y, en concreto en estos días, luchando, con ilusión, por la formación y el aprendizaje de sus líderes de Recursos Humanos.
De las ponencias que he podido escuchar, me ha gustado en especial, no por la forma, sino por el contenido (últimamente los ponentes damos mucha importancia a la puesta en escena y muy poca al contenido) la que ha dictado, al más puro estilo académico, Juan Bautista Arrien, representante de la Unesco en Nicaragua.
Ha disertado, con una humildad y una honestidad tremendas, sobre la crisis mundial y el papel de los gestores de Recursos Humanos en esta crisis. Una conferencia centrada en la persona como centro de cualquier organización, y en la necesidad de la realización de la persona en el trabajo. “No ha sido una crisis económica, -ha afirmado-, ha sido una crisis ética, y ¿dónde estaban en esa crisis los encargados de la gestión de personas? La gerencia humana se olvidó de la ética y de los Recursos Humanos es decir de las personas”
La verdad es que ante estas preguntas poco más puedo decir, tan solo invitaros a la reflexión. Todos sabemos que ha sido una crisis de valores…pero ¿Dónde estábamos? ¿Dónde estamos?
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