Continuando con la serie de artículos dedicados a los Nuevos Síndromes Profesionales y considerando la acepción de “Síndrome” como fenómeno -no como enfermedad-, voy a hablar de lo que ya se está acuñando como el Síndrome de Estancamiento Profesional.

Este síndrome incide en la falta de reconocimiento, es decir, un profesional puede tener muchas un trabajo muy completo en contenido y responsabilidades y sin embargo, su carrera profesional no “despega” precisamente por falta de reconocimiento de su valía y méritos por parte de sus superiores en la empresa. Puede ocurrir, como en el caso del síndrome del Boreout o aburrimiento, que las estructuras sean muy planas y que el reconocimiento no pueda traducirse en una promoción a un puesto superior -salvo que a su jefe le promocionen a su vez o le jubilen-.

El tema se complica cuando además esa persona no consigue reconocimiento a través de su salario con la consiguiente frustración, lo que conduce con rapidez al burn-out o síndrome del quemado. Pero la forma de reconocimiento más sencilla y sin embargo más escasa aún hoy día en cualquier relación profesional es el reconocimiento verbal,  es decir, el feedback positivo, cuya fórmula consiste en el agradecimiento a los colaboradores por un esfuerzo extraordinario o por una labor bien hecha, siempre y cuando se realice de manera inmediata al hecho a agradecer o felicitar.

Es importante recordar que el clima organizativo es el ambiente de trabajo, positivo o negativo, que generan los jefes en sus equipos directos y es una consecuencia de los estilos con los que dirigen a sus colaboradores. El clima laboral es también una de las variables que más índice en los resultados de las empresas, y el reconocimiento o feedback positivo es una de las herramientas muy poderosas para la mejora de ese clima y para que los colaboradores sientan que su aporte cuenta y que son parte esencial de la empresa, incluso cuando no hay otros puestos hacia los que crecer o en situaciones de crisis en las que no se pueden incrementar salarios.