“El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse”, Roger Martin de Gard
Estamos de lleno en el crudo invierno, ¿recordaban un invierno tan frío?, nevadas, hielos, lluvias heladoras, vientos huracanados, olas inmensas. ¿Pueden recordar ahora el calor que pasamos el mes de Julio pasado, con restricciones de agua, aires acondicionados a la máxima potencia?.
Que fácil resulta centrarnos en el momento, en el aquí y en el ahora, sin más. En el frío que tenemos, las dificultades en la carretera, … Queremos resultados inmediatos, recetas fast-leadership, enfoques únicos, culpar al temporal que arrecia fuera de nuestra situación y de nuestros males.
Las personas, todos nosotros, sentimos que estamos en invierno; pero las empresas también. Y esa entelequia que denominamos empresas, compañías, organizaciones, no son más que el conjunto de un grupo, más o menos grande, de personas que transmiten, manifiestas y exhiben comportamientos, y un conjunto de comportamientos viene siendo denominado “carácter”, y, a veces, “estados de ánimo” .
Parece como si todo lo que hicimos el pasado verano lo hubiéramos olvidado, que todas las lecciones de liderazgo, gestión de personas, desarrollo de equipos, motivación, habilidades de comunicación…, que con tanto esfuerzo, dedicación y sabiduría nos impartieron nuestros múltiples facilitadores, moderadores, formadores y consultores, no obedecía más que a una moda, como tal pasajera y solo “ponible” en el momento, que se ha quedado desfasada.
Este invierno, hemos abandonado nuestras finas telas, nuestros vivos y llamativos colores, para regresar al oscurantismo, a los malos modos, a las palabras altisonantes, a las amenazas, a la presión; vuelve el estilo más habitual de liderar, mejor dicho de “mandar hacer”.
En este frío y polar invierno que recorre nuestros cuerpos, nuestras mentes y nuestro trabajo, debemos más que nunca recordar las enseñanzas, de este modo conseguiremos mantenernos a flote, permanecer, estar en primera línea de playa para cuando regrese el verano, para así generar confianza, en uno mismo y en los demás, para el compromiso; en definitiva, tenemos que seguir ACTUANDO, seguir INTERACTUANDO, en lugar de hibernar o refugiarnos en las trincheras de invierno, paralizados por el frío y el temor del día siguiente. Sigamos trabajando, creando, innovando, buscando alternativas. Yo no deseo quedar sepultada por la nieve de la próxima nevada ¿y Ud?.
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