Al hospital que tú quieras. Entra y haz la prueba, busca llegar a traumatología o neonatología o rayos, da igual. A la entrada verás un directorio, encuentras tu destino y una flechita que indica “tu pasillo” por donde llegarás. Sigues y cruzarás otros pasillos y bifurcaciones. Tu ansiedad aumentará a medida que avances (imagina estar enferm@). Por fin te encontrarás perdid@ y ya no sabrás si estás en un hospital o en el zoco de Marrakech. Buscarás una bata blanca como tabla de salvación para que te indique tu ruta. Puede ser que tengas que repetir esta operación una o dos veces más.
La señalética hospitalaria –nunca peor dicho- no suele estar al servicio de la gente, los enfermos. Tecnologías del siglo XXI conviven con un estilo de comunicación del siglo XIX. (Si quieres, extrapola esto a la relación médico-paciente).
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