“El anciano seguía preguntando con voz calmada y firme, y yo cada vez me sentía más intrigado. No sabía adonde quería llegar.

– ¿Qué me dice de los objetivos que ha ido logrando en su vida? Me refiero a…¿Qué sucedía en el mismo instante que los conseguía?

– Pues…me sentía fenomenal, orgulloso, pletórico. –Respondí.

– ¿Cuánto tiempo se sentía así?

– Pues no mucho. Unos minutos, como mucho unas horas, porque ya estaba pensando en el siguiente objetivo.

– Me lo imaginaba.

– ¿Cómo? ¿Por qué? ¿A qué se refiere? –Pregunté muy confuso.

– No se ofenda, pero creo que cuando llegue a Machu Picchu, no pasará más de cinco minutos y estará ya pensando en la siguiente maravilla del mundo…”

Así comienza el nuevo cuento motivacional de la serie “Cuentos para adultos que quieren ser felices”. Marcarnos metas motivadoras es motivador y necesario para nuestra vida, para movilizar nuestros recursos, para conectar con nuestras pasiones, para dar lo mejor de nosotros mismos. Sin embargo, cuando nos obsesionamos en exceso con el logro de dichas metas, dejan de tener sentido, porque hipotecamos toda nuestra vida y bienestar por el hecho de conseguirlas, y nos perdemos la auténtica vida: la que estamos viviendo ahora mismo, la que tenemos delante de nuestras narices. Y nos olvidamos de disfrutar…y de ser felices.

Si quieres saber qué respuestas aporta este relato al reto de luchar por nuestros objetivos sin olvidarnos de vivir, no te pierdas el cuento completo, y también los ocho primeros de la serie, puedes descargarlos de forma gratuita en la web http://www.execoach.es/portfolio-item/cuentos-cortos/