Debido a las malas posturas cuando trabajamos en casa en espacios incómodos y con largas jornadas, corremos más riesgo de padecer dolencias físicas.
El cuerpo necesita movimiento. No está diseñado para estar quieto horas y horas, incluso aunque nuestra silla sea ergonómica y tengamos un buen espacio para trabajar desde casa.
¿Te duele el cuello? ¿pasas muchas horas sentado inclinado sobre tu portátil y tu espalda no puede más?
Mientras llega la vacuna para la COVID, se avecina una oleada de lesiones físicas del trabajo en remoto producidas por un mal uso continuado de dispositivos y para ésto no hay vacuna… excepto tomar conciencia corporal:
- Coloca bien tu portátil para que tu espalda, tus brazos o tu cuello no sufran.
- Planifica descansos: Programa una alarma periódica para hacer descansos. Combina “microdescansos” cada 30-45´, con descansos regulares.
- Acostúmbrate a hacer movimientos que activen tu cuerpo. estírate de vez en cuando. Y una vez al día programa alguna actividad deportiva que te mueva y airee. O al menos sal a pasear.
Las pequeñas cosas son importantes para trabajar en remoto de una forma sostenible tanto para la mente, como para el cuerpo. Si quieres tener salud y ánimo para poder disfrutar de las ventajas del trabajo en remoto ¡cuídate mucho y con disciplina!
No es para menos, tu salud está en juego.
¿Qué te funciona a ti? Te animo a que lo compartas ¡seguro que ayudas a muchos!
Elena Méndez Díaz-Villabella
Dtora. red enEvolución
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