“Lo que marca la diferencia no es lo que se sabe. Es lo que se lleva a la práctica”.
Parto del hecho de que HOY nos encontramos inmersos en un mundo desconcertante, en todos los órdenes en el que lo veamos y lo reflexionemos. Pero me muevo en el mundo donde es importante aprender a gestionarnos y a gestionar personas, a tomar decisiones por uno mismo, decisiones que marcan los pasos sucesivos y las metas y objetivos a alcanzar a corto, medio y largo plazo.
Y en este escenario os invito a la reflexión siguiente:
– ¿Qué pensarían si estuvieran presentes en la situación en la que un Directivo de una empresa estuviera dejando en evidencia a otro Directivo en la que también están presentes los colaboradores de este último?.
– ¿Qué pensarían, si del mismo modo, presenciaran como otro Directivo ridiculiza a alguno de sus colaboradores estando en presencia de sus propios compañeros?.
– ¿Qué pensarían, una vez más, si un Directivo se comporta con afectos y desafectos, dentro del grupo de colaboradores, exhibiendo comportamientos manifiestos de los mismos?.
¿Me permitís que cambie el escenario?
– ¿Qué pensarían hoy si estuvieran presentes cuando un Director de un Colegio deja en evidencia a otro profesor ante una clase de niños de 8-10 años?.
– ¿Qué pensarían, si del mismo modo, presenciaran como un profesor ridiculiza a un alumno del mismo entorno de edad ante sus compañeros?.
– ¿Qué pensarían, una vez más, si un profesor se comporta con afectos y desafectos, dentro del grupo de alumnos, exhibiendo comportamientos manifiestos de los mismos?.
Estoy convencida que el liderazgo también es algo que se aprende desde la más tierna infancia, es menester formar y desarrollar a nuestros líderes actuales, pero debemos ocuparnos de que los modelos y las comportamientos que se exhiben ante nuestros “pequeñ@s futuros líderes” son los que tratamos de encontrar y requerimos de nuestros “actuales grandes líderes”.
Es menester por tanto, atender también los comportamientos que se exhiben donde se están fraguando nuestros pequeñ@s líderes del futuro, donde deben aprehender también las pautas que después se les va a requerir en el mundo real del trabajo, al que están abocados la mayoría de ellos. Siempre habrá privilegiados que puedan vivir de las rentas, vamos eso creo yo.
Preguntad a vuestros hijos, o a los hijos de vuestros amigos y de sus familiares, la tarea que nos queda es inmensa. Pongámonos manos a la obra.
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