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La profesionalización: ese eterno proceso

por | Ene 9, 2008 | Coaching | 0 Comentarios

¿Qué define que una organización esté profesionalizada? ¿La profesionalización es algo que se pueda acotar? ¿Empieza y termina en un momento determinado?

Hay un punto crítico en el crecimiento de las empresas en el que el salto hacia la profesionalización es la única forma de velar por la continuidad. Cuando un negocio crece llega un momento en el que los factores que determinan su éxito se vuelven ingobernables con los viejos sistemas. Y a los viejos sistemas se le pueden dar muchos nombres: la intuición, la memoria, la percepción de primera mano en las empresas de menor dimensión. Sistemas de gestión anticuados, formatos arcaicos, procesos eternos en empresas más grandes.

Puedo dar muchas definiciones de profesionalización. Desde la incorporación de profesionales cualificados, al cambio y la reestructuración de los procesos. Todo sirve. Pero se trata de descripciones parciales que no justifican el que una empresa esté funcionando en su grado óptimo de eficiencia. Sólo hay una verdadera vara de medir el grado de profesionalización de una empresa, desde arriba hasta abajo:

LA INFORMACIÓN

Si Ud. tiene que profesionalizar una empresa haga dos cosas. En su primera visita pida que le saquen cada formulario que se utiliza para apuntar hasta el detalle más sencillo: hojas de pedidos, control de stocks, llamadas de clientes, cualquier cosa. Que le enseñen los programas informáticos que manejan todas las bases de datos disponibles. Analice dónde va esa información, quien la maneja, a quien le llega y con que fin. En su segunda visita pida que le dejen asistir al siguiente Consejo de Administración. A veces los resultados son sorprendentes.

Una empresa sólo puede estar profesionalizada si quien toma las decisiones lo hace en base a la información que la empresa es capaz de generar y a su vez, una empresa sólo puede estar profesionalizada si es capaz de generar la información adecuada para una correcta toma de decisiones. Esto es la profesionalización. Un camino bidireccional de generación de información y toma de decisiones.

Voy al peculiar ejemplo. Si un frutero apunta con cuidado los precios de los productos que compra, los precios a los que los vende, le imputa los gastos correspondientes, calcula el margen, le resta las pérdidas por las mermas y decide que ese producto no deja dinero, está siendo sin duda muy profesional.  El ejemplo contrario no es más difícil de plasmar. El mismo frutero compra y vende, le lleva las facturas a su gestor para que le haga las declaraciones y está satisfecho porque su tienda va tirando. Podrá ser un frutero profesional, pero desde luego no gestiona profesionalmente su actividad. Trasladar esto a las grandes empresas, aparentemente profesionalizadas, es sencillo. Un programa de gestión de clientes sin optimizar es un perfecto ejemplo de una profesionalización a medias. Y es increíblemente sencillo de encontrar. Así que no nos durmamos en los laureles. Un proceso de profesionalización puede tener un comienzo concreto, pero siendo un proceso de adecuación diario, es difícil encontrarle final.

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