Las palabras de la Presidenta del Círculo de Empresarios, han resquemado como alcohol en una herida, pero si escuecen…  es que hay herida…

Mónica ha manifestado en público lo que muchos empresarios callan, o sólo se atreven a decir en privado. Yendo más allá de las formas y las palabras, y profundizando un poco, lo que ha dicho pone en evidencia que queda camino, y que para avanzar debemos replantearnos algunas preguntas:

¿Estamos preparados para oír más allá de lo “políticamente correcto”? Practicar la Democracia profunda requiere que todas las voces son escuchadas, incluyendo las impopulares o las que más discrepan, porque son precisamente éstas las que más nos movilizan y nos hacen revisar nuestros planteamientos.

El debate que se ha generado debe servir para removernos, y sus palabras bienvenidas sean, aunque nos duelan…

¿Tenemos en España una legislación protectora que echa a muchas mujeres del mercado laboral? No hay nadie más desprotegido que el sobreprotegido. Si es así, aquí tenemos los peores efectos negativos de la discriminación positiva. Así que no está nada claro lo que de verdad favorece a la mujer. Porque con la calculadora en una mano y las probabilidades en otra, los empresarios hacen cuentas, y muchos deciden no correr riesgos contratando a mujeres en determinadas edades, para no asumir posibles sobrecostes a la cuenta de resultados.

¿Sacrificios? ¡Sí! digámoslo alto y claro. Una carrera profesional, exige sacrificios, implica mucha dedicación y energía, que hay que invertir tanto si eres hombre como mujer. Si además tienes familia, las responsabilidades en el hogar tendrán que estar mejor balanceadas. Yo no diría que para ello tu pareja tiene que ser funcionario, pero sí que exige ajustar los roles y dedicación en cada entorno familiar.

¿Qué prefieren y eligen las mujeres? Para mejorar la situación laboral de la mujer, no será suficiente con cambiar la sociedad, las leyes o los puestos de trabajo, son las preferencias de las mujeres las que también tendrán que cambiar. Cristina Hoff Sommers, explica que incluso en Suecia, no se ha conseguido que salarios, puestos y condiciones laborales se equiparen. En su opinión, ésto es debido sobre todo a la elección libre: «La brecha salarial en Suecia es fundamentalmente el resultado de las elecciones de las mujeres y cómo ellas prefieren equilibrar el balance familiar”.

Tomar conciencia de un problema forma parte de su solución. No podemos mirar a otro lado, e ignorar una realidad. El reto no es fácil, pero merece la pena, porque nos jugamos mucho en ello. Maternidad y trabajo son claves en el futuro de una sociedad.